Carlos Zarco
Cooperativas de salud, más necesarias que nunca
En todo el mundo, la pandemia de la covid-19 está provocando cambios en la forma de hacer las cosas. Tanto la manera de trabajar como de relacionarse se han visto obligadas a cambiar de manera súbita, lo que ha originado nuevas fórmulas tanto de trabajo como de relaciones sociales, que en muchos casos no tienen vuelta atrás y que seguramente sean el nuevo paradigma.
Las drásticas medidas impuestas para frenar el avance de la pandemia, y sus consecuencias en la economía, han obligado a las empresas de la mayoría de los sectores económicos a evolucionar, incluso a innovar a marchas forzadas, para adaptarse al nuevo status quo.
Sin duda, el sector de la salud es uno de los que mayor impacto está sufriendo y requerirá trasformaciones profundas para poder conseguir que en el año 2030 se garantice la salud y el bienestar de todas las personas y a todas las edades, como propugnan los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.
Pero al margen de la pandemia, son numerosos los desafíos en el ámbito de la salud. Mientras la sostenibilidad de los sistemas nacionales de salud se ve amenazada por el incremento de la demanda causado por una población cada vez más longeva, los gobiernos de muchos países buscan fórmulas para garantizar una cobertura sanitaria universal.
Para afrontar estos retos es necesario una implementación eficiente de la asistencia sanitaria, gestionando adecuadamente los recursos económicos y el gasto sanitario. Pero sobre todo son importantes las personas. El coronavirus ha puesto en el punto de mira a los profesionales sanitarios. En muchas ciudades, cada tarde han resonado los aplausos de los ciudadanos agradeciendo la dedicación, la vocación de servicio y el buen hacer de los sanitarios.
Como la sanidad es un sector económico intensivo en el factor trabajo, médicos, enfermeros, técnicos sanitarios, administrativos, conductores de ambulancia, celadores y todos los trabajadores de los centros sanitarios son clave y pueden marcar una gran diferencia.
Las empresas cooperativas son un mecanismo óptimo para la prestación de servicios de salud por su capacidad para reunir de forma solidaria los recursos de diferentes colectivos, a la vez que proporcionar unas condiciones adecuadas para que los profesionales sanitarios desarrollen su trabajo.
Y es que la salud no debería ser un motivo de lucro, ni las decisiones médicas estar supeditadas a los dividendos que retribuyen las inversiones. Las cooperativas de salud combinan de forma efectiva el talento y la profesionalidad de los trabajadores sanitarios con la gestión eficiente de los recursos económicos, lo cual les permite corregir los fallos del mercado en el sector sanitario y satisfacer las necesidades tanto de pacientes como de profesionales, proporcionando servicios que en otras circunstancias no serían accesibles.
Las cooperativas de salud llevan prestando un valioso servicio a sus miembros, y a las comunidades en las que actúan, durante los últimos dos siglos, e incluso en países con sistemas de salud consolidados, todavía tienen un papel esencial.
En estos tiempos de cambio y de afrontar grandes desafíos en el ámbito de la salud, es necesario desarrollar al máximo el potencial de las cooperativas sanitarias y para ello es importante analizar y comprender mejor su función y sus ventajas a la hora de satisfacer las necesidades de salud de la población.
Estudios recientes confirman que numerosos países han visto crecer el número de cooperativas de salud en las últimas décadas. Existen evidencias que relacionan claramente su desarrollo a una reacción a la creciente demanda de servicios de salud y a las dificultades que supone cada vez más para los gobiernos la gestión del gasto sanitario.
Independientemente de las características del sistema de salud donde operan, las cooperativas logran adaptarse a nuevas situaciones, y reinventarse de manera eficiente con el tiempo. Numerosos ejemplos avalan su capacidad para evolucionar, innovando sus estructuras de afiliación y de gobierno, y los servicios que prestan para atender mejor las nuevas necesidades.
Las cooperativas sanitarias también ayudan a superar los fallos de coordinación que surgen de la información asimétrica que típicamente caracteriza a los servicios de salud. Además, en lugar de competir con la sanidad pública, las cooperativas de salud tienden a colaborar y a complementarla, y en muchos casos a suplirla, liberando recursos de los sistemas públicos en beneficio de toda la comunidad. En este sentido, el cooperativismo sanitario es un gran aliado estratégico de los estados que contribuye en gran medida a la sostenibilidad de los sistemas sanitarios.
Además, las cooperativas suelen estar cerca de la población y de sus necesidades. En muchas ocasiones priorizan dar servicio a la demanda de colectivos que de otra manera estarían excluidos. Durante la crisis de la covid-19, cooperativas de salud de todo el mundo han puesto en marcha iniciativas especialmente dirigidas a aliviar sus efectos en grupos de población vulnerables.
Posiblemente, el valor añadido más relevante de las cooperativas sanitarias esté relacionado con los principios y valores cooperativos, ya que no solo son un modelo de empresa económicamente viable, que compite en el mercado como cualquier otro, sino que también son empresas socialmente responsables. Tienen una perspectiva a largo plazo que les permite avanzar en estrategias de sostenibilidad social y económica.
Al no verse obligadas a retribuir a los inversores, los excedentes que se generan cada año, habitualmente se reinvierten en tecnología, en mejorar la calidad asistencial y el trato al paciente, en la formación de los profesionales y en la mejora de sus condiciones de trabajo.
La salud es un bien público que cada vez es más difícil de proveer con respuestas individuales, ya sean del estado, del sector privado o de la sociedad civil. La sanidad es una construcción social que requiere solidaridad, complementariedad y colaboración para funcionar, y las cooperativas han demostrado desde hace años que son especialmente eficientes en este contexto.
NOTA: Los puntos de vista y las opiniones expresadas en estos artículos inlcuidos en este blog son los de sus respectivos autores y no necesariamente reflejan los de Promocoop y sus asociados.
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