
Manuel Mariño
La gobernabilidad en las cooperativas (segunda parte)
Dando continuidad al artículo anterior describimos a continuación algunos conceptos básicos sobre la gobernabilidad en las cooperativas y el buen gobierno cooperativo.
Gobernabilidad en las Cooperativas
Por su carácter de organizaciones democráticas y participativas, es fundamental que en las cooperativas la gobernabilidad sea promovida y vigilada desde la base, es decir sus asociados y asociadas. Si esto no es así y no hay involucramiento de la base social, el riesgo de ingobernabilidad es grande y hasta se puede poner en peligro la existencia de la propia organización. Pero por supuesto no solamente debe de involucrarse a los asociados y asociadas, sino que también deben de hacerlo todas las partes que conforman la estructura política y administrativa, tales como los órganos de dirección, la gerencia y su personal.
La gobernabilidad como proceso democrático, parte de fundamentos éticos que establecen los lineamientos necesarios para el buen gobierno cooperativo, el cual no es válido si no se cuenta con una estructura dirigencial sensibilizada sobre la importancia de implementar prácticas de transparencia que regulen toda la organización. Por esta razón es fundamental no sólo impulsar estas prácticas en la cooperativa sino sensibilizar y promover un liderazgo democrático que vivencie estas prácticas no solo como dirigentes, sino en todas sus actividades como persona en la sociedad en la que se desenvuelve.
Esta visión se orienta a la adaptación de modelos de involucramiento y participación que promuevan la "transparencia" y que se refleje en aquello que deciden y comunican a través de lo que hacen. Por ello, es el sistema que permite establecer los límites entre el ejercicio del poder y el control del mismo en el seno de una organización. Más allá de la calidad, de la integridad y de la buena fe de las personas que pueden formar parte de una organización, la gobernabilidad es la que pone a funcionar un sistema formal que reúne las condiciones que favorecen el alcance de la misión de una organización, su desarrollo y su permanencia.
Tomando en cuenta entonces la importancia que tiene el liderazgo democrático en el ejercicio pleno de la gobernabilidad cooperativa, es necesario sensibilizar a los cuadros gerenciales y mandos medios de las cooperativas sobre la necesidad de contar con un perfil de líderes que practiquen y garanticen, por medio de sus actos transparentes, un buen gobierno en sus organizaciones, así mismo, poner en la agenda de discusión la urgencia de que las cooperativas inviertan en la formación de los cuadros de reemplazo en los distintos espacios y niveles de las organizaciones.
Especificidad del Gobierno Cooperativo
Las cooperativas, se diferencian de las empresas tradicionales principalmente porque se crean con el propósito de satisfacer las necesidades de sus asociados y asociadas. Las personas que optan por el cooperativismo lo hacen por la solidaridad, la transparencia, la democracia y la equidad.
Un régimen de buen gobierno en las cooperativas deberá contribuir a que la utilización de los recursos no solo se realice de manera eficaz, sino que también fortalezca la confianza que genera la transparencia con que se trabaja. Esto garantiza de manera plena que los directivos sean responsables de su accionar ante los asociados y asociadas.
El cumplimiento de la misión empresarial, orientada por la visión de sus dirigentes, transcurre en un sistema interno que establece normas y directrices que deben regir su ejercicio y actuación. De esta manera se garantiza la transparencia, objetividad y claridad en la asignación y administración de los recursos financieros, en nuestro caso, de las cooperativas.
Se transmite la voluntad manifiesta del Consejo de Administración, que supervisa a la Gerencia en nombre de los asociados y asociadas, bajo la premisa de que la cooperativa responda con un comportamiento veraz y eficiente a su compromiso con todas las personas que hayan aportado recursos de cualquier índole.
La gobernabilidad en las empresas cooperativas, debe tomar en cuenta el desarrollo de un "liderazgo ético" basado en virtudes morales acordes con los principios cooperativos. Por esta razón, hay que tener presente que la gestión de la cooperativa debe ante todo ser democrática.
Entonces, una condición indispensable para lograr un buen gobierno en las cooperativas es tener un liderazgo ético, por esta razón es necesario desarrollar y promover las competencias, habilidades y aptitudes básicas para contar con un liderazgo más participativo. En este sentido, es fundamental elaborar y promover un código de buenas prácticas para que cada cooperativa logre un bueno gobierno, no solamente para el bienestar de sus asociados y asociadas, sino para beneficiar el desarrollo económico y social en sus comunidades.
Hacia el fortalecimiento de la gobernabilidad cooperativa
La gobernabilidad en las cooperativas busca clarificar y diferenciar de manera objetiva los roles del Consejo de Administración y su Gerencia. Esto se puede garantizar con una oportuna, coherente y consistente comunicación, interna y externa.
La gobernabilidad conlleva a tener capacidad para evitar dificultades en su accionar. Para ello se deben establecer mecanismos de comunicación adecuados, y se debe fomentar la transparencia y la fluidez e integridad de la información que se debe transmitir a los asociados y asociadas, a las personas en la cooperativa y al público en general. Esto requiere que la cooperativa cuente con adecuados marcos legales y estructuras de gobierno; una mejor infraestructura de los órganos de regulación y control; combatir con más y mejor formación los problemas de corrupción y soborno.
Los dirigentes y miembros de una cooperativa deben tener muy claro los valores que deben guiar su accionar, para poder funcionar adecuadamente, lograr sus objetivos y evitar acciones como la corrupción, la centralización del poder, inadecuados procesos de rendición de cuentas, limitaciones en el acceso a la información y la falta de transparencia en la toma de decisiones.
En síntesis, toda gestión de buen gobierno debe estar apoyada por los principios y valores indispensables y necesarios, para que su fundamento y aplicabilidad se centre en una conducta que esté por encima de los intereses personales y prime en todo momento los preceptos propios para una gestión exitosa acorde a principios y valores cooperativos.
En un próximo artículo hablaremos de los lineamientos para la gobernabilidad cooperativa.
NOTA: Los puntos de vista y las opiniones expresadas en estos artículos inlcuidos en este blog son los de sus respectivos autores y no necesariamente reflejan los de Promocoop y sus asociados.
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